El terrorista de Algeciras vivía en un piso patera y estaba pendiente de expulsión
El yihadista residía de forma ilegal en España, fue detenido en 2022 y se le abrió una orden de expulsión
El terrorista marroquí confundió al sacristán con el cura y lo asesinó entre gritos de "Alá es grande"
Así fue el ataque yihadista de Algeciras: el magrebí tiró cruces e imágenes en una capilla antes de matar
Yassine Kanja, el yihadista que ayer sembró el terror en Algeciras, vivía en un piso patera con otros dos inmigrantes que también se encuentran como él en situación irregular y estaba pendiente de expulsión. Es uno más de los que que vagan por las calles de la ciudad gaditana buscándose la vida. A última hora de la tarde de este miércoles, armado con un machete y entre gritos de “muerte a los cristianos” y “Alá es grande”, asesinó al sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de La Palma y dejó heridas a varias personas antes de ser detenido.
La Audiencia Nacional ha abierto una investigación por delitos de terrorismo, que ha recaído en el Juzgado Central de Instrucción Número 6, que es el que estaba de guardia.
Kanja no contaba con antecedentes policiales, pero sí estaba en el punto de mira de las fuerzas de seguridad debido a su radicalización.
El terrorista de Algeciras tenía una orden de expulsión de España desde junio de 2022. Yassine Kanjaa fue detenido por la Policía el año pasado y al comprobar que no tenía papeles y que residía de forma ilegal en nuestro país se le abrió una orden de expulsión que estaba pendiente de ejecución antes de que perpetrara el atentado. Desde entonces vagaba por la ciudad andaluza, radicalizándose en sus posturas, fuera del radar de la Justicia.
Como muchos otros extranjeros que residen de forma ilegal en España, el marroquí Kanjaa se aprovechó de la falta de contundencia y de las rendijas del sistema para eludir su deportación. Ayer irrumpió en la Iglesia de San Isidro y se encaró con el párroco y los feligreses. Tras su expulsión, agarró un machete y regresó al mismo escenario. Allí el sacristán evitó una masacre. Se encaró al terrorista para evitar que este accediera a las clases donde media docena de niños estaban recibiendo catequesis y terminó asesinado a machetazos ya fuera del templo.
El caso está manos de la Comisaría General de Información, que investiga las posibles conexiones de Kanjaa con el radicalismo islamista, además de intentar averiguar la razón por la que permanecía en España a pesar de contar con antecedentes por delitos contra la Ley de Extranjería.
Según ha adelantado El Confidencial y ha confirmado OKDIARIO de fuentes policiales, se le abrió expediente administrativo en junio, pero conforme a la Ley de Extranjería, al no tener antecedentes por delito en España y tener domicilio fijo, quedó en libertad. El caso se tramitó por procedimiento ordinario que no permite detención y sólo si incumple la resolución final de la Subdelegación del Gobierno puede procederse a su detención y expulsión siempre que no tenga recurso pendiente.
Fuentes policiales trasmiten a OKDIARIO que hay tres herramientas para luchar contra la inmigración ilegal: el rechazo en frontera, la Ley de Extranjería y el acuerdo de readmisión, las tres en vigor pero España sólo está aplicando el rechazo en frontera, y eso transmite a los inmigrantes que todos aquellos que sean capaces de superar los elementos de contención como la valla o arribar a las costas españolas, podrán permanecer en España o llegar hasta otros países de Europa.
El rechazo en frontera permite reintegrar a los inmigrantes a Marruecos si son interceptados en el momento del salto de las vallas de las ciudades fronterizas, pero si llegan a nuestras costas o superan las valla podría aplicarse la Ley de Extranjería. Para que esto ocurra, se tendría que dar la orden a los guardias de que, cuando ya no sea posible aplicar el rechazo en frontera, se les siga, detenga y entreguen al Cuerpo Nacional de Policía para su devolución.
El Delegado del Gobierno tiene un plazo de 72 horas para devolver a los inmigrantes y si Marruecos quisiera puede aceptarlos, aunque no está obligado a cumplir una ley española. En caso de negarse Marruecos, se podría abrir un expediente de expulsión que se prolonga durante años, con lo que cuando se resuelva para ejecutarlo el inmigrante ya no está ni en España o sigue libre como en el caso del terrorista de Algeciras.